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marcopozo

Febrero 2006, Irlanda II: Belfast

Una ciudad dividida. La capital del Ulster, una provincia dividida. Una ciudad condenada durante muchos años a no vivir en paz por culpa de entre otros factores, la religión. ¿Qué hacíamos en Belfast? 

El motivo de ir a Belfast desde Dublín fue la falta de alojamiento en la capital de Irlanda cuyos hoteles, hostales y pensiones estaban llenos debido al partido del Torneo Seis Naciones de Rugby entre Irlanda y Gales. No es que Irlanda carezca de plazas hoteleras si no que tanto la afición galesa como la irlandesa del resto de la isla, se movilizaron en masa para vivir el ambiente en Dublín y ver el partido, en un ejemplo de deportividad entre aficiones rivales, juntos en los pubs. Así que para la primera noche que no teníamos hotel decidimos ir a dormir a Belfast que está solo a tres horas en autobús de Dublín. 

Me sorprendió lo guarros que eran los pasajeros del autobús, la mayoría adolescentes, que dejaron tirado sobre los asientos y el suelo todos los desperdicios de su cena. Latas, envoltorios de sándwiches y galletas, etc., quedaron de cualquier manera esparcidos por allí. 

Rescatados 

Llegamos a Belfast realmente tarde, al filo de la medianoche, y sin libras para coger un taxi decidimos ir al Hostal a pie. A pesar de que las indicaciones recibidas fueron correctas, como comprobamos al día siguiente, fuimos incapaces de interpretarlas atinadamente y acabamos perdidos hasta que un simpático lugareño nos ayudó, o al menos lo intentó. Finalmente fuimos recogidos por un vehículo de caridad de los que se dedica a recoger homeless y llevarlos a asilos y misiones.  

Llegamos al hostal y allí se encontraba la policía tratando de arrestar a un señor de bigote que me pidió fuego. 

Cerrando los pubs a las once de la noche, aunque salimos a intentar divertirnos, no nos quedo mas remedio que ir a dormir pronto. 


Iglesia de Santa Ana

Al día siguiente, mejor orientados al ser de día, dimos una vuelta por Belfast hasta que nos dio la hora de volver a Dublín. Cercana al hotel se encontraba la Iglesia de Santa Ana y desde allí por Royal Avenue, una calle pseudo-peatonal, llegamos al City Hall que es realmente espectacular. Allí se puede ver una de las pocas pruebas de que se encuentra uno en el Reino Unido, la Union Jack que ondea en lo mas alto del ayuntamiento. 

En la plaza del ayuntamiento se encuentran también el Scottish Provident Institution y Robinson & Cleaver. 

Girando hacia el río desde allí y enfrente del Mercado de San Jorge, están los Juzgados Reales, con sus impresionantes mamparas de acero, vestigio de los muchos años de ataques terroristas. 


City Hall

Ya no llegamos al río puesto que la ciudad ofrecía pocos atractivos y teníamos que comer y volver a Dublín. 

¿Quién era el tipo del bigote?

Llegando ya a la estación de autobuses, entramos a comer a un bar y mientras pedíamos, algo salió en las noticias. El señor de bigote del día anterior había sido detenido por secuestrar a una chica aunque él decía que solo había robado un coche y que no sabía que había una persona en el maletero. 

Así acabó nuestro día en Belfast y cogimos el autobús hacia Dublín. Lo que pasó cuando llegamos allí lo contaré en “Irlanda III: La Tunorden de Telecorange”.

1 comentario

Lorolo -

"La Tunorden de Telecorange", ja ja ja... Ansio leerlo...

Un abrazo SuZio