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marcopozo

Julio 2006, Londres II

Desde el parlamento nos fuimos, cruzando el St. James Park, hacia Buckingham Palace. De allí a comer y luego a buscar el parche. Después de preguntar en todos los bares y restaurantes españoles solo conseguimos un contrato para el sábado. Así que si no nos íbamos a forrar al menos lo pasaríamos bien...

Retomando el hilo del articulo "Londres I" y después refrescarnos las gargantas nos encaminamos hacia el Palacio de Buckingham, cruzando el St. James Park. Allí descubrimos a nuestro naturalista amateur Duchas Rodríguez de la Fuente y su amor por los palmípedos. ¡Maravillosas fotos de patos, si señor!

Hasta ese momento la temperatura había sido francamente agradable incluso para los que vestiamos capa, Superman incluido. De todos modos a medida que nos acercábamos al Palacio, el sol se iba imponiendo en su particular pugna con la llovizna característica del clima británico y el calor empezó a pasar factura. En la plaza que hay enfrente de Buckingham, los chorretones de sudor corrían por nuestra frente.

En Londres hay más españoles que ingleses.

Allí tuvimos un amigable encuentro con los cuerpos del orden que nos pidieron alguna acreditación de nuestra condición de músicos. Parece ser que gente disfrazada y de todo tipo de pelaje se presenta allí para manifestarse a favor de cualquier cosa que se les ocurra. Pero la tuna es mucha tuna y la Gloriosa más, así que al final acabamos haciéndonos amigos y fotos.

Con la visita a Buckingham Palace dimos por acabado el tour turístico, más que nada porque los pies de algunos estaban un pelín cansados. Después de unas ferruginosas hamburguesas, Superman regresó a su identidad secreta: Atapuerclark Kent.

¿Dónde parcheamos?

Entre Piccadilly Circus y Goodge Street hay un buen numero de restaurantes españoles pero desgraciadamente no están por la labor de dejar parchear a la tuna. Las escusas fueron diversas: "está demasiado vacio", "está demasiado lleno", "no tenemos licencia para música en directo"...

En estas llegamos a Hanway Street y en el Bradley's Spanish Bar decidimos dejar de andar y empezar a plimplar. Pero aún quedaba un sitio y después de tomar una pintita del señor me dirigí allí con Duchas. El Nueva Costa Dorada nos esperaba con los brazos abiertos. Nada más entrar hubo buena química y después de una pequeña negociación Ennis el Manager nos citó para una audición esa misma noche en aras de contratarnos para que actuasemos el sábado.

Para hacer tiempo hasta el casting nos dimos una vuelta y ahí cambió nuestra suerte cuando conocimos a Lucía en una terraza de Charlotte Street. Quedamos para volver a cantarle una canción después de la audición y así lo hicimos. Lucía estaba cenando con una amiga croata llamada Sandra y esperando a su novio. La gente de al lado se mostro interesada y a la hora de pasar la pandereta nos nos circunscribimos sólo a la mesa de Lucía. Poco después decidí enviar a Francu y Atapuerco a buscar nuevas víctimas...

En Londres creamos una nueva modalidad de parche. Los tunos sentados en una terraza tomando cervezas y los pardillos buscando clientes que quisieran venir a escucharnos y pagar 10 libras por canción. ¡Y funcionó! Fue pasando la noche tranquilamente hasta que tuvimos que decidir si cogíamos el último metro o no... Y no lo decidimos nosotros si no un inglés que nos escuchó y nos pidió que rondasemos a su novia al pie de su ventana.

Pistoletazo de salida

Y esa ventana estaba en un callejón. Y en ese callejón había una casa. Y en esa casa había una fiesta. Y en esa fiesta había cervezas y vino... pero no había música. Así que las personas que allí disfrutaban de finos caldos de la tierra decidieron compartirlos con nosotros a cambio de nuestras canciones. Y cada uno hizo su cosa...


Por el camino del desierto...

Memorable fue el Hey Jude que se marcaron a dúo Duchas y Chandal, las risas con la banda sonora de Superman y nuestro Atapuerco. Los blues de Francu y la desgarradora versión de Hotel California de Mozart que rompió moldes. También rompió moldes el exhibicionismo de las niñas que allí había o el descaro de los chicos que nos tiraron algún tejazo... Al final tuvimos que irnos cuando llamaron a la ambulancia para una de las inglesitas borrachas. No sin que antes apareciese Eric Clepton para hacer un truco de mágia. Algo así como el milagro de los panes y las capas a los acordes de Led Zeppelin...

Y aquí acaba Londres II, habrá un Londres III pero antes la Gloriosa fue a Stonhenge.

1 comentario

Bolilla -

Espero que espliques eso de "También rompió moldes el exhibicionismo de las niñas que allí había ...."

Saludos.

BOLA