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marcopozo

El Palacio de Verano

(Sin terminar) 

Al noroeste de Pekin se encuentra el Palacio de Verano donde se retiraba la familia imperial para resguardarse del calor que asolaba la Ciudad Prohibida durante la canícula.

Lo primero que me sorprendió del Palacio de Verano es que fue más complicado llegar hasta el de lo que pensaba aunque al final lo conseguimos. Esto fue así porque después de tomar el metro, esperar un montón al autobús y circular por el monumental atasco que a esa hora de la mañana es Beijing, al llegar casi al Palacio nos encontramos con una comitiva de "personalidades" en visita oficial que nos hicieron esperar en el "autobús-sauna" a que pasaran más de cuarenta coches entre oficiales y de seguridad cosa que demoró nuestra llegada al anhelado destino otros cuarenta y cinco minutos más. La segunda sorpresa me la lleve al entrar por la Puerta del Norte, algo así como hacerlo por la puerta trasera. De todos modos creo que fue una buena circunstancia por como se desarrolló la visita.

De todos modos, como no hay mal que por bien no venga, uno puede dedicar ese tiempo que se tarda en llegar en observar la vida cotidiana de los pekineses y sus medios de tranporte.


Pedaleando, pedaleando
(Pasa el ratón por encima de la imagen para ver otra)

Al hacerlo de este modo, entrando por "detrás", mientras aún estás fresco escalas la Montaña de la Longevidad para luego ir bajando gradualmente hasta el Lago Kunming alrededor del cual hay innumerables sitios dónde tomar un descanso. Si lo haces en el sentido contrario, no niego que la llegada por el lago y observar el majestuoso palacio debe ser sobrecogedor pero el final de la visita, cruzada la calle Suzhou, quedaría deslucida amén que en la zona de la Puerta Norte las infraestructuras son más escasas.

Sea como fuera, el hecho es que entre por el norte y después de una penosa ascensión uno se asoma a la calle Suzhou, un de los rincones más interesantes del Palacio.


Panorámica de la Calle Suzhou
(Flash creado por Daniel Marni)

La Calle Suzhou, a pesar de su nombre, la podríamos definir como un lago artificial rodeado por una calle dónde queda circunscrito. Para visitarla, uno tiene que cruzar el puente de tres ojos que hay en medio del lago y bajar hasta la orilla del mismo. Por la acera que allí hay uno da la vuelta al lago mientras se distrae viendo a los artesanos y oyendo música de flauta que toca un tendero. La única lástima es que los artesanos no quieren que se tomen fotos de ellos o sus trabajos, así que para cazar alguna instantánea es mejor que uno se una al club de los fotógrafos furtivos. En ese momento de la visita ya sabía que había valido la pena.

 


El embarcadero visto desde el puente
 

Vista de la Calle Suzhou
 

Detalles
 

Artesanías

 

La Muralla China

La Muralla China es como una serpiente recostada en la cresta de una montaña. Con más de 6000 kilómetros de largo es la estructura más grande creada por el hombre a lo largo de unos veinte siglos.

 

(Flash creado por Daniel Marni)

A pesar de su increíble longitud los puntos visitables de la Gran Muralla China se limitan a tres. Dos de ellos están cerca de Pekín así que cualquier viaje a la capital China tiene que incluir una visita a la Gran Muralla.

Los dos puntos más cercanos son Badaling y Jinshanling. Del primero decir que está a sólo una hora de Pekín, totalmente restaurado y más transitado que las Ramblas un domingo de primavera. Puesto que no fui a ese punto tengo que fiarme de las opiniones de gente que si ha ido y que en su mayoría concluyen que más que un monumento histórico parece que uno esté visitando un parque temático.

Jinshanling

Aconsejado por mis anfitriones en China, Txaik y Esmeralda fui a Jinshanling. Ellos me advirtieron que dada la época del año y la longitud del recorrido sería una experiencia sofocante y desestimé la idea de ir vestido de tuna... ¡menos mal!

El trayecto hasta allí dura unas tres horas que pase durmiendo en la minaban. Hay que tener en cuenta que para estar en el punto de encuentro a las 6:45 tuve que levantarme a las cinco. Es por eso que no puedo comentar nada sobre el paisaje del camino. A la vuelta también fui medio dormido amén que también llovía a mares con lo que tampoco disfrute del paisaje más preocupado por la temeraria conducción de los aborígenes.

 


El teleférico de Jinshanling

Una vez llegados al punto de inicio y después de retirar las entradas se entra en una especie de paseo bastante amplio que te lleva al pie de un teleférico con el que subir a la gran muralla que como ya he dicho recorre las crestas de las montañas. Al bajarse del teleférico uno se dirige a una de las torres de vigía por la que se puede uno encaramar a la muralla y empezar la ronda.

Cuando la gran muralla se construyó para defenderse de los ataques de los nómadas mongoles, al norte de la misma estaba Mongolia y al sur el Imperio Chino así que puesto que durante el recorrido por la muralla se anda hacia el este, subido a ella, a la izquierda estaría Mongolia y a la derecha China. Después de esa reflexión uno se da cuenta de la expansión del Imperio Chino pues la frontera con Mongolia en la actualidad está a varios miles de kilómetros al noroeste de ese lugar.

El primer tramo está restaurado pero después de unas pocas torres de vigía uno se encuentra con la muralla en peor estado habiendo incluso una par de tramos en los que tienes que bajar de la misma y recorrer una parte del camino a sus pies. Eso es debido a muchos y diversos motivos como por ejemplo el hecho que haya servido de “cantera” para construir casas. De todos modos ahora mismo aún se llevan a cabo tareas de restauración como atestigüé a medio camino, cuando me encontré con una cuadrilla de albañiles trabajando en ello, los cuales desgraciadamente no me permitieron sacarles ninguna foto, cosa por otro lado normal dentro del a cultura asiática.


Imagen de la Muralla Restaurada, pasa el ratón por encima
para ver un tramo no restaurado.


Pasando por fuera de la muralla

El recorrido tiene cerca de doce kilómetros y se pasa por unas treinta torres de vigía, lo cual significa que tienes que subir y bajar unas treinta montañas. Al principio uno empieza con ilusión y energía pero si tuviese unos 3 o 4 kilómetros menos sería de agradecer. Durante el mismo la pendiente también es variable, encontrándose uno con etapas de falso llano, puertos de tercera, segunda, primera categoría y momentos que parece que unos esté subiendo el Angliru. Tampoco se puede decir que los peldaños ayuden mucho ya que muchas veces son excesivamente escarpados y se requiere la ayuda del piolet. En definitiva, es una excursión no recomendable para personas con vértigo.

 


Tramo particularmente empinado

En las torres de vigía como no podría ser de otra forma se apostan los lugareños que tratan de vender recuerdos, comida y sobretodo bebida a los incautos turistas que hayan sido tan poco previsores de no llevar avituallamiento. Por supuesto los precios del agua son abusivos llegando a los cuatro euros por botellín cuando lo normal es que cueste menos de cincuenta céntimos.

El Paisaje

La muralla está rodeada de verde y hasta donde alcanza la vista no se ve ninguna construcción a excepción de la propia muralla. Es increíble que una cosa tan grande esté en medio de la nada. La sensación es muy curiosa ya que al mirar a los lados no se alcanza a ver el final de los bosques y mirando al frente no se puede ver el final de la muralla.

 



Otra cosa destacable es lo revirada que es la condenada. Evidentemente no es una muralla recta y podríamos resumir que su diseño consiste en una sucesión de muros que unen las torres de vigía ubicadas en las cumbres de cada colina.

Función de la Muralla

Uno subido a la muralla y en medio de la inmensidad del bosque se pregunta si realmente tenía o no una función defensiva o simplemente intimidatoria. Hay que añadir que a pesar de ser muy larga la gran muralla tiene una altura discreta y una anchura media de unos 5 metros.

 


Torre de Vigía


Por lo visto la respuesta es que defensivamente cumplía dos funciones. La primera era la vigilancia y la comunicación mediante señales de humo entre las torres de vigía ¡Encended las almenaras! La otra función era no permitir que los enemigos cruzasen con la caballería.

Acercándose al final

Ya hacía el final del tramo que se puede recorrer y justo antes de salir de la muralla esta cruza un río. A tal efecto se pasa por un puente colgante y el día que yo la visité allí me sorprendió una intensa tormenta de verano.

 


Descansando justo antes de la tormenta

 

Después de bajar de la muralla uno puede dirigirse al punto de salida en Jingshanlin a pie por una caminito de montaña, o como yo hice, usando una tirolina tirada por encima del río para luego coger una barquito hasta el punto de salida.

La moneda en China

La moneda China tiene básicamente dos peculiaridades. La primera es que nadie la llama por su nombre y la segunda es que está dividida en diez fracciones que a su vez están divididas en diez fracciones más.

Cuando uno llega a China y cambia a la moneda nacional, lo primero que llama la atención es que todos los billetes tienen la cara de Mao Zedong (en otros sistemas de trascripción fonética Mao Tse-tung) y lo segundo es que absolutamente nadie la llama por su nombre, que es, Renminbi.

Coloquialmente la moneda china es conocida como Yuan, que en chino significa redondo o circulo (por la forma de la moneda) y que es la palabra común para hablar de cualquier moneda aunque esta sea extranjera. Así pues los Euros serían para un chino "Yuanes europeos". De todos modos, también es muy normal que la gente use el mote "Quay". Para liar más la cosa tampoco se escribe siempre igual. El kanji oficial para el yuan es 圓, que después del proceso de simplificación de caracteres chinos quedó así , pero la gente para uso común usa este otro 元.

Para rematar todo eso el yuan se divide en 10 Jiao (角), que también tiene otro nombre, mao (毛), y un mao se divide en 10 Fen (分). De este modo tenemos que una cosa que en sistema métrico decimal costaría 5.34 yuanes en chino son 5 yuanes, 3 jiao y 4 fen (5元 3角 4分).

 

¿Engañar como A un chino?

Hace tiempo que me pregunto de donde viene esta expresión y cada vez tengo más claro que se la inventó un chino para despistar.

La clave de la cuestión radica en la preposición "A" que confiere al chino protagonista el dudoso honor de ser el "engañado" mientras que habitualmente es todo lo contrario... sino como se explica que ayer comprase una tarjeta de memoria SD de 2 Gigas y que solo quepan 78 fotos!!!! En fin, que recomiendo que a partir de ahora empecemos a utilizar la expresión "Ser engañado como POR un chino" lo que pondría al chino en su verdadera posición y a uno mismo como elemento pasivo. Y es que por mucho que uno lo crea, el chino nunca es la victima del engaño.

¿Cómo funciona la sección A la Carta?

El funcionamiento es muy simple.

1. Dejad un comentario en este articulo con la pregunta, anécdota o historia de mis viajes que queráis ver publicada
2. Después de escribir el articulo, durante el primer mes desde su publicación estará en la sección "A la carta"
3. Después será archivado en el tema más adecuado

¿Porqué no hablas sobre Japón?

Este es un blog sobre viajes y después de llevar tres años en Japón creo que aquí no estoy de viaje, si no que vivo en Japón. De todos modos en la sección "A la carta" podéis preguntarme sobre Japón. También estoy pensando no escribir sobre Tokyo pero si sobre los viajes que he hecho por dentro del pais del sol naciente.

Enero 2007, Cádiz

Después de bastante tiempo sin viajar por España, las últimas Navidades estando en Sevilla me fui de visita a Cádiz. A pesar de que algunos amigos andaluces me habían dicho que no era gran cosa, a mí me gusto. Supongo que el contraste con Asia me hizo mirar la ciudad con nuevos ojos.

*Nota: Algunas fotos son dobles. Para ver la segunda imágen se tiene que poner el puntero del ratón encima de la fotografía*

La verdad es que la visita sólo duró un día y con mi novia nos concentramos en visitar sólo el casco antiguo, o sea desde la Puerta de Tierra hacia el norte, empezando por el barrio del Pópulo y hasta el Castillo de San Sebastián.

Hasta Cádiz fuimos en tren, lo cual demostró ser muy conveniente pues la estación esta a unos diez minutos del Ayuntamiento, en la plaza del cual, hay puestos de información turística y algunas terrazas donde tomamos unos montaditos y unas gambitas.


Ayuntamiento de Cadiz

Desde allí empezamos nuestro paseo. La ciudad estaba prácticamente desierta a nuestro paso lo que no le restaba encanto en absoluto pero sí vida. Era como pasear por una postal e incluso la atmósfera parecía que se había detenido ese día de Invierno.

Después de callejear un poquito dimos una vuelta por la Avenida del Campo del Sur, muy parecida al Malecón de La Habana, ciudad hermana de Cádiz. Por el camino pasamos por el Arco de Santa Rosa, uno de los pocos vestigios que quedan de las antiguas murallas y finalmente llegamos a la Catedral. Una vez allí, decidimos subir al campanario, que con sus 74 metros es el punto más alto de la ciudad, pero antes había que pasar por el avituallamiento. Más montaditos y más cervecitas.


Catedral

Detalle del Campanario

La Catedral de Cádiz es una catedral blanca, y ese día resplandecía hasta el punto de deslumbrar. Esta situada en una plaza prácticamente peatonal donde se encuentra también la Iglesia de Santiago en su lado norte, y que a pesar de su sencillez es cautivadora.

Hasta ese momento habíamos seguido más o menos una ruta de puntos de interés marcados en nuestro mapa para guiris y para llegar al siguiente punto que queríamos visitar nos aguardaba un recorrido soso y rectilíneo que decidimos cambiar por más callejeo.

A la postre ese callejeo nos llevo a disfrutar mucho más de Cádiz pues descubrimos la Plaza del as Flores, cerca del Mercado de Abastos, y en los aledaños del Mercado nos hinchamos a comer erizos de mar a precios de risa. Válgame decir que acostumbrado al precio que tiene en Japón semejante vianda, casi pago 10 euros de más, cuando confundí “Dos euros” por “Dose euros”.


Plaza de las Flores


Ostras y Erizos recién pescados

Desde allí nos encaminamos al Castillo de San Sebastián que está unido a Cádiz por un paseo estrecho que se adentra en el mar. Desgraciadamente el Castillo estaba cerrado al público con lo que no nos quedó más remedio que regresar por el camino andado hasta la Caleta.


Vista del mar golpeando el Castillo de San Sebastian

Dejando la caleta atrás fuimos tranquilamente hacía la Alameda Apodaca desde dónde se puede ver toda la Bahía de Cádiz. Por el camino cruzamos la Plaza de San Antonio y antes de regresar a Sevilla tuvimos tiempo de sentarnos un rato a descansar en la Plaza de España y de saludar a la Pepa que esta allí recordando el día de San José de 1812.

Bandera de... Taiwán

La bandera de Taiwán es una de esas banderas cuyo significado y explicación se ha ido adaptando al los acontecimientos históricos y la situación política y social de cada momento.

En un principio la bandera azul con el sol blanco es la bandera del Kuomintang (Partido Nacionalista Chino), que gobernó Taiwán hasta 2000. Dicha bandera fue diseñada por Hou-tung Lu y más tarde Sun Yat-sen le añadió el fondo rojo, que representa a la china continental. A su vez, el rojo es el color representativo de los Han, la raza mayoritaria en china.

Con los cambios de estatus de Taiwán a lo largo de los años se ha tratado de encontrar a la bandera otro significado, siendo el oficial recogido en el libro “República de China: Guía de Referencia” esponsorizado por la Oficina de Información del Gobierno de Taiwán, el que sigue:

- El cantón azul representa la Justicia, la Libertad y el Min Chuan (Democracia)

- El sol blanco representa la Igualdad, la Brillantez y el Min Sheng (Vida)

- El campo rojo representa la Fraternidad, el Sacrificio y el Min Tsu (Nacionalismo)

En fin, todo muy bonito pero vacío al fin y al cabo ya que el libro fue escrito y publicado en plena dictadura. Así pues, el Azul se lo podrían haber borrado, ¿o no?